Lograr un aprendizaje efectivo de la Matemática es despertar en los niños el gusto por hacerlo y este inicia en el hogar cuando comparten con su familia diferentes actividades como contar las gradas que se suben o bajan, determinar si hay más carros de un color que de otro, calcular los precios de lo que se compra en una tienda, anotar en el calendario fechas importantes y ver cuánto tiempo falta para ese día, entre otras acciones. Este proceso continúa en el aula cuando el estudiante desarrolla las competencias al realizar actividades lúdicas variadas, relacionadas con situaciones de la vida cotidiana en los diferentes contextos en los que se desenvuelve.