El 30 de junio de 1871, un movimiento revolucionario, agitando banderas liberales, ingresa triunfante a la ciudad de Guatemala, finaliza el gobierno conservador de Vicente Cerna y pone en marcha un proceso de modernización que ya se había demorado más de un siglo.
Los insurrectos ingresan por Tacaná (2 de abril) y luego se dirigen a
Retalhuleu (14 de mayo). En Patzicía (3 de junio), los líderes firman el Acta
de Patzicía. El 29 de junio derrotan, en la batalla de San Lucas (Sacatepéquez),
a las fuerzas conducidas por el mismo presidente Vicente Cerna. El 30 de junio,
los rebeldes llegan a la capital, mientras Cerna y sus ministros huyen hacia
Honduras.
Durante los gobiernos liberales, entre 1871 y 1944, el 30 de junio fue la
principal celebración, después del 15 de septiembre, fecha en que se conmemora
la independencia.
Miguel García Granados asume provisoriamente la Presidencia, cargo que
desempeña durante dos años. Luego renuncia, y el Congreso entrega el cargo a
Justo Rufino Barrios.
Es opinión unánime entre los historiadores que la instauración liberal fue
un período decisivo en la configuración del Estado de Guatemala. Discrepan, en
cambio, en cuanto a la profundidad de los cambios: unos la llaman “revolución”,
y otros, “reforma”.
En 1879, una Asamblea aprueba una Constitución conforme a la cual Guatemala
queda organizada como una nación soberana, con estructura de República. Se
reconoce la nacionalidad a los nacidos en el territorio y la ciudadanía a
los varones mayores de 21 años con ingresos o profesión. Una reforma
constitucional excluye de la ciudadanía a la población indígena, mediante la
exigencia de la alfabeticidad.
Por otra parte, el liberalismo que en Europa contribuyó a impulsar la
revolución industrial, en Guatemala es una transformación incompleta, porque no
incluye plenamente la libertad de contratación de trabajo, con lo que se
refrena el desarrollo del sistema económico.
En cambio, conforme a las aspiraciones de la ilustración, el Gobierno de
Barrios impulsa la educación. Funda la Escuela Normal para la formación de
maestros, el Instituto Central para Varones y la Escuela Politécnica. También
impulsa la conformación de comisiones para redactar programas de estudios y
libros de texto.
“La Reforma de Barrios abolió los privilegios para entrar a la universidad,
fundó escuelas de artes y oficios para los obreros, democratizó y secularizó la
escuela”, dice el historiador Daniel Contreras. “Los bienes eclesiásticos
pasaron a formar parte del Estado y las órdenes monásticas fueron desde
entonces suprimidas en Guatemala.”
Numerosos monasterios son transformados en escuelas.
En el campo de la economía, Barrios impulsa el cultivo del café, que se
convierte en el principal producto de exportación.
El Gobierno de Barrios impulsa la instalación del primer ferrocarril: el
llamado ferrocarril del Pacífico, que une Escuintla con la ciudad de Guatemala.
“El 19 de julio de 1884, la primera locomotora sobresaltó a los capitalinos con
su silbato”, dice Chester Jones.
También durante su gestión presidencial transforma la milicia en un ejército
profesional. Al mando de ese ejército, el reformador emprende el más ambicioso
proyecto geopolítico: la unificación de las repúblicas centroamericanas.
El 28 de febrero de 1885, Barrios proclama la Federación Centroamericana,
asume la Jefatura militar del Estado y, al mando del nuevo ejército, emprende
una campaña militar para imponer la unidad a los estados de América Central.
0 comentarios:
Publicar un comentario