Independencia Absoluta de Centroamérica

El 15 de septiembre de 1821 se firmó el Acta provisional de Independencia, por el que las provincias del reino de Guatemala se separaron polí­ticamente de España, para anexionarse, a los pocos meses, al imperio mexicano. Fue hasta el 1 de Julio de 1823 que se firmó la verdadera Independencia de Centro América.
Copia del acta de independencia distribuida en 1823
(Foto: Biblioteca Nacional de Chile)
Muchos acontecimientos históricos han quedado relegados al olvido. En la historia de lo que ahora llamamos Guatemala, falta enaltecer hechos y personajes que han moldeado con sus acciones la realidad actual, como los reyes mayas Hasawa Chan K”awil y Kak Tiliw Chan Yoat, o el presidente Alonso López de Cerrato. Otro tanto sucede con el acontecimiento ocurrido el 1 de Julio, o Primero de Julio como se acostumbra decir en Guatemala, de 1823.
Universidad de San Carlos de Guatemala, donde se firmo la segunda acta de
Independencia de Guatemala (Foto: Pablo Cazali)
Cuando se firmó la Independencia, en 1821, el reino de Guatemala se encontraba en una verdadera crisis económica. El principal producto de exportación desde el siglo XVII, el añil, se encontraba en decadencia, no por falta de interés por los productores y comercializadores, sino porque el imperio británico, principal comprador del tinte azul para las telas se estaba apoderando de la India y, por lo tanto, para ellos era mucho más rentable y aconsejable comerciar con sus dominios coloniales que con los dominios españoles. Los productores, principalmente los salvadoreños, se encontraban molestos con los comercializadores, radicados en la capital del reino, puesto que los acusaban de la baja en las exportaciones. A su vez, los capitalinos culpaban a los productores. De esta época datan los motes de chapí­n, con el que los plantadores tildaron a los capitalinos, y de guanaco, con el que los capitalinos “bautizaron” a los productores. Los salvadoreños utilizaron el término chapí­n por su fonética similar a gachupí­n, español recién llegado al reino. La palabra tení­a una connotación peyorativa, puesto que los chapines eran zapatos altos, con suela de corcho (obtenido del árbol de alcornoque). Aunque eran muy vistosos y llamativos, eran imprácticos e inútiles para el trabajo. En otras palabras, los comercializadores capitalinos eran ostentosos pero no trabajaban. Además de que el significado podí­a ampliarse a “cabezas de alcornoque”. Por su parte, los capitalinos apodaron guanacos a los productores para designarles como rústicos y sin instrucción. En su momento, tení­an carácter despectivo, sobre todo porque los españoles recién llegados, los peninsulares, contaban con privilegios fiscales, mientras que los españoles residentes desde hací­a generaciones estaban sometidos a numerosos impuestos. La tensión aumentó con la pérdida del mercado inglés, especialmente entre salvadoreños y capitalinos. Ni siquiera el contrabando con Belice, la colonia británica más próxima a Guatemala, pudo solucionar la crisis, ya que eran los británicos los que dejaron de consumir el producto.

A esta crisis de exportaciones, se sumó el descalabro económico que ocasionó el rey Carlos IV en 1804. El monarca ordenó que todas las hipotecas a favor de los conventos fueran canceladas de inmediato y que los recursos fueran enviados a España, para hacer frente a la guerra contra Inglaterra a la que estaba obligado por su alianza con Francia. Esta orden provocó la quiebra de gran cantidad de comercios así­ como la inestabilidad de prácticamente todos los conventos e instituciones eclesiásticas, que se quedaron sin el dinero que habí­an prestado. No es de extrañar que los primeros levantamientos en Nueva España estuvieran dirigidos por los sacerdotes Hidalgo y Morelos, clérigos empobrecidos a quienes se unieron masas de personas perjudicadas por las disposiciones financieras de las polí­ticas borbónicas. En el reino de Guatemala, la medida ordenada por Carlos IV, además de la quiebra y el desempleo consecuente, ocasionaron un desastre financiero, puesto que casi toda la plata acuñada, indispensable para el comercio, fue enviada a España. Las cosas llegaron a tal punto que, para pagar los salarios de los funcionarios de la Audiencia, desde México era enviado el dinero para tal fin. El avistamiento de la caravana con los salarios era esperado y se le seguí­a la pista, de donde, probablemente, deviniera el término de “pisto” con el que los guatemaltecos designan al dinero en efectivo.

De manera que, cuando se convocó a las Cortes de Cádiz para solucionar la crisis polí­tica que ocasionó la invasión napoleónica en España y la destitución del rey Carlos IV, los habitantes españoles del reino de Guatemala experimentaron, por primera vez, las elecciones democráticas indirectas, especí­ficamente por ayuntamientos. Esta elección fue la que se tomó como base para la firma del Acta de Independencia del 15 de Septiembre. En ella se estipuló que se convocara a un congreso para tomar la medida definitiva, ante la noticia de la separación de la intendencia de Chiapas de España para unirse al imperio mexicano, recibida el 14 de septiembre. Los chiapanecos no estaban dispuestos a perder sus relaciones comerciales con Oaxaca cuando ésta formara parte de una nueva entidad polí­tica.
La felicitación que el gobierno mexicano hizo llegar a la ciudad de Guatemala por la declaración de Independencia, la invitación a formar parte del imperio mexicano y la noticia de que un ejército bien armado se dirigí­a a la ciudad de Guatemala para “garantizar” la independencia, además de la aguda crisis económica y la imposibilidad de pagar salarios a los empleados públicos, motivaron a las autoridades guatemaltecas, dirigidas por Gabino Gaí­nza, a firmar la anexión a México. A esta medida se opusieron los salvadoreños, quienes argumentaron que, de unirse a otro paí­s, Guatemala (es decir toda Centro América) deberí­a unirse a los Estados Unidos. Esta aguda visión futurista no fue del agrado del jefe del ejército mexicano, Vicente Filí­sola, cuyas tropas pusieron en orden a los reacios salvadoreños. A la vieja rencilla exportadora se sumó una acción que los salvadoreños consideraron una traición capitalina y dividió más a los grupos conservadores, radicados principalmente en la ciudad de Guatemala, y liberales, muchos de cuyos exponentes estaban en El Salvador.
La situación polí­tica en el imperio mexicano entró en crisis en 1823, por lo que Filí­sola y sus tropas debieron volver a México. Sin embargo, habí­a convocado al congreso previsto en el Acta de 1821. A su regreso, el ejército pasó por Ciudad Real de Chiapas (hoy San Cristóbal Las Casas), para consultar sobre la decisión de Chiapas de permanecer con México o con Centro América. Por un voto, la provincia de Chiapas decidió permanecer unida a México. Entre tanto, los diputados electos al congreso en la ciudad de Guatemala, representantes de todos los ayuntamientos de Centro América, reunidos en el Salón Mayor de la Universidad de San Carlos (actual MUSAC), tomaron la decisión de que Centro América debí­a ser independiente de España, México y cualquier otro paí­s, documento que signaron el 1 de Julio de 1823. Por lo tanto, fue esta fecha la verdadera Independencia polí­tica del istmo. La Independencia fue un hecho que, como anotó el poeta José Joaquí­n Palma, se logró “sin choque sangriento”. Sin embargo, las grandes divergencias económicas y polí­ticas de las provincias y su nulo comercio con la capital no quedaron solucionadas con un documento. El experimento federal posterior, entre 1524 y 1526, fue un fracaso que terminó con los caudillismos y la guerra civil entre 1526 y 1529, cuando se incrementó la compra de armas, sobre todo a Inglaterra, a través de Belice. Sin lugar a dudas, lo más importante de este documento es la intención de establecer una nueva entidad polí­tica, al mismo nivel que el resto de estados en el mundo (considerando el mundo como Europa, Estados Unidos y las nacientes repúblicas sudamericanas). Este acontecimiento, de relevancia por sus consecuencias polí­ticas, solamente está recordado por una colonia que lleva el nombre de Primero de Julio.

Nuestros alumnos de Sexto Primaria y Cuarto Perito Contador (ciclo escolar 2019), llevaron a cabo su acto cívico en conmemoración de esta fecha.








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